Cosas de montañeses (I)
Bienes y derechos escriturados por personas de nuestra familia en Cantabria (1586-1825)

En nuestro empeño por ir más allá del establecimiento de nuestro árbol genealógico, aproximándonos a una historia familiar, los  protocolos notariales eran la fuente más evidente. Poderes, cartas de obligación, de dote, compraventas y, sobre todo, testamentos y particiones de bienes nos contaban detalles de las ocupaciones y ejecutorias de algunos de nuestros antepasados. Los inventarios de bienes que pueden aparecer en unos y otros (en vida, pero fundamentalmente post mortem) nos transportaban a sus escenarios vitales, a su vida cotidiana.

Por otro lado, el rancio y jugoso léxico usado antaño para describir las cosas nos resultaba atrayente. La transcripción al pie de la letra proporciona textos farragosos, por lo que nos pareció necesario estructurar los bienes y derechos citados según su tipología y utilidad. Como tenemos familia en varios puntos de España, vimos que había algunos elementos invariantes y otros diferenciales entre unas zonas y otras, por lo que la estructuración fija por conceptos hacía mucho más fácil ver similitudes y diferencias entre unos y otros.

Un primer esbozo, parcial, apareció en el análisis comparativo de los bienes dejados por Inés de Zualart con los de las campesinas toledanas de su entorno. Luego se publicó este (meramente expositivo) que tuvo su secuela analítica y el de Valdepusa y Montes de Toledo. Inédito hasta ahora está el correspondiente a la provincia de Burgos y zonas limítrofes.

Enlace (recuerde: está en el número 87)