Despoblados de la Comunidad de Madrid
Cuando, a principios de este siglo, acabamos de escribir el tomo I del libro de los despoblados de la Sierra Norte, no encontramos editor, como era previsible. Ninguna editorial privada podía pensar en ganar dinero con tal cosa y no teníamos agarres con ninguna institución pública o privada. Nos daba grima que tanto trabajo (catorce años) quedara invisible y nos inclinamos por la autoedición, como tantos otros aficionados. Al final cubrimos gastos, lo que no ocurrirá con el trabajo que ahora presentamos. Todo ya, todo gratis y todo a un click, como se pide en los tiempos que corren.
Completar la serie prevista con otros seis tomos (para otras tantas comarcas de la Comunidad), como estaba optimistamente previsto, resulta inimaginable a estas alturas. Sin embargo, en la misma línea, queremos ahora divulgar una parte de lo conseguido con tamaño esfuerzo. Se trata nada más que de un mapa con la localización de todos los que encontramos. Nada más y nada menos, porque no conocemos ningún trabajo análogo y menos en soporte digital.
Pero ¿Qué es un despoblado? No es un descampado y tampoco una ghost town, desde luego. Entendemos por tal a un sitio que estuvo poblado y ahora no lo está. Pero “poblar” en los tiempos en que surgieron no era meramente construir y habitar, sino que constituía un acto jurídicamente reglado en el contexto de la apropiación social del espacio. Dado que la documentación de aquellos albores urbanos es muy escasa y a veces confusa, unos autores y otros podrán llegar a listados distintos de despoblados, que se trata de conjunto conceptual nítido y unánime en el centro pero que se desdibuja hacia los bordes. Por otro lado, la condición de despoblado es semieterna, podríamos decir, por analogía con una semirrecta: tiene principio (el momento de su desaparición), pero no fin, ya que no se puede dar marcha tras en la máquina del tiempo y deshacer lo que ocurrió. El despoblado, con sus coordenadas X, Y, Z y T lo será para siempre. Y eso es así aunque quedaran algunas casas particulares con moradores (que no vecinos, como los antiguos expresaban claramente) o, peor aún, aunque la creciente urbanización (por extensión en mancha de aceite) de un exitoso núcleo próximo (o la urbanización de nueva planta por parte de un exitoso promotor) hayan arrasado el sitio. Para los arqueólogos, si el yacimiento se destruye, ya no hay despoblado; para los historiadores sí. Así lo vemos nosotros y así se lo presentamos.
Restos de la que fue iglesia parroquial de la Santa Cruz, en el despoblado de La Nava (Madarcos), en febrero de 1989
La iglesia, reducida a ermita, suele ser el edificio más durable de los pueblos arruinados y elemento sencillo para su ubicación
Madarcos es hoy día uno de los pueblos más pequeños de la Comunidad de Madrid, con 72 personas censadas (lo que serían unos 12 vecinos durante el Antiguo Régimen)
y en invierno no quedan ni la mitad. Quién sabe si es candidato a despoblado durante este siglo
El asunto de los despoblados puede que no tenga ahora mucho tirón académico, pero entre cierto sector de la población sí que lo tiene, a juzgar por lo detectable en La Red. Al fin y al cabo, se trata de una colección de fracasados, de losers, como se dice en el Imperio. Muchos grupos humanos intentaron crear pueblos y no lo consiguieron o lo consiguieron malamente o tuvieron mala suerte y no llegaron a buen fin. Eso mismo les ocurre a la mayoría de esas encantadoras tortuguitas que vemos en docenas de documentales salir afanosamente de la arena de cualquier playa tropical. El porcentaje de poblaciones fenecidas no es de 1/1.000 como en este caso, pero sí se acerca al 1/2; es decir, que se despoblaron tantos o más núcleos como los que pervivieron. De hecho, en la provincia de Madrid había 223 núcleos de población históricos antes de que, a principios del siglo pasado, empezaran a surgir urbanizaciones y en nuestra lista hay 269 despoblados, por lo que el coeficiente de despoblamiento ha sido de un 55 %, no muy alejado del 47% de promedio en las zonas estudiadas de España.
El periodo abarcado es muy extenso: desde Lousolos (asentamiento desconocido en Tierra de Alcalá), citado por primera y única vez en el año 1086, hasta Perales de Milla, que ha dejado de tener población de derecho hace sólo un par de años. No obstante, la mayoría de los despoblamientos son medievales; se trataría, pues, de mortalidad infantil, por así decirlo, ya que la mayoría de nuestros pueblos nacieron por entonces. Sería humanamente desalmado y demográficamente erróneo ignorar este fenómeno, que en las edades Media y Moderna podía rondar esos mismos porcentajes. Poco de guerras, catástrofes y pestes, en contra de lo que pudiera gestarse en el imaginario popular. Solo la vida misma, tremendamente dura por entonces. El asunto puede resultar difícil de entender para los presentistas, ya que los niños actualmente no mueren, simplemente no nacen. Al revés que los asentamientos, que casi ninguno perece y nacen muchísimos.
El listado, como decimos, es opinable; no cabe en este medio y contexto argumentar nuestra propuesta caso a caso. Así mismo, la localización puede serlo, por lo que los presentamos divididos en tres grupos según el nivel de certeza/precisión de localización que proponemos. Hay casos en que la certeza es del 99,99 % (en esta vida lo único seguro es que nos ha de llegar la muerte) y con una precisión de metros. En otros es más o menos aproximada y en unos pocos desconocida. Tal vez no estén todos los que son o no sean todos los que están. Pero, en lo fundamental, no se trata de hacer un sumatorio de mini-monografías para uso de los vecinos de acá o de allá, sino de dar una visión global de la extensión y ubicuidad del fenómeno, a escala regional.
Si quieren una descripción precisa del significado de los conceptos cartografiados, la lista completa de los despoblados (con su tipo y municipio donde se encuentran) y otros datos complementarios, pueden descargar la memoria aquí abajo. Si lo que quieren es simplemente navegar, pasen y vean.