“Vegetación potencial” y “vegetación autóctona”, entre la quimera y la coartada: fitonimia histórica de la “Sierra Norte” (Madrid)

Como profesional del medio ambiente y encargado de informar y llevar a cabo diversas actuaciones sobre la cubierta vegetal de la Comunidad de Madrid, hube de tener en cuenta lo que decían los teóricos al respecto. Desde los ingenieros de montes, tenidos por enemigos por muchos ecologistas, hasta los botánicos fitosociológicos, biogeógrafos y ecólogos; pero las relaciones entre ellos han estado habitualmente enfrentadas. El adjetivo “autóctono”, por otro lado, comenzaba a ser usado ya en términos meyorativos, aunque solo en algunos ámbitos; aún no era pasto común de los medios. Pero en las aproximaciones académicas se pasaba insensiblemente y a veces confusamente de “lo que hubo” y “lo que hay” a “lo que habrá” y “lo que debería haber”, en términos florísticos, con la mente en un pasado hipotético y distintos futuros deseables.

Pero, como todos ellos eran y son de ciencias, nadie lo enfocaba desde el punto de vista de los profesionales en saber qué pasó hace tiempo: los historiadores. Estos, de letras (es decir, de Humanidades), suelen tener al Homo sapiens como objeto de estudio y no su entorno vegetal. Ni unos ni otros son dotados por las instituciones académicas de las herramientas de conocimiento del otro grupo. Con este trabajo intentamos venir desde el lado opuesto, documentando presencias vegetales antiguas no en los campos y montes sino en los papeles.

Esta comunicación fue presentada en el I Encuentro Estatal sobre Historia y Medio Ambiente (Andújar, 27-29 de mayo de 1999) y no creo que llegasen a editarse formalmente las actas o están absolutamente agotadas; de ahí exponerlo en este apartado.

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