
El paisaje de la Sierra Norte, según Idrisi
Artículo entre tecnológico y humanístico, debido a la feliz y no casual coincidencia entre el nombre del insigne geógrafo magrebí-siciliano del siglo XII Al-Idrisi y el de un programa informático de intervisibilidad que tomó su denominación de él. Tal coyunda se derivó, de un lado, de las tareas que me incumbían como Jefe del Área de Medio Ambiente del PAMAM: personarnos en los expedientes de evaluación del impacto ambiental que afectasen a la comarca. El impacto paisajístico era considerado como uno de los principales, dado que el turismo era y es una de las tres patas del banco que sostienen económicamente a la comarca y su degradación (la fealdad) influiría inevitablemente en la demanda. Averiguar desde qué partes del territorio y con qué nitidez se veían otras era y es uno de los componentes de dicha evaluación. De otro lado, de la presencia en la comarca de varias atalayas moras (construidas, por los musulmanes no mucho antes de la época de Idrisi) cuya función era, exactamente, aprovechar el potencial de intervisibilidad de ciertos puntos del territorio, aunque no precisamente con fines lúdicos, sino militares. Intentamos cotejar los resultados del programa del siglo XX con la experiencia de los siglos IX al XI. Y el resultado fue satisfactorio, así como la colaboración entre un funcionario y un contratista externo.

El Valle Alto del Lozoya (lugar elegido para aplicar el estudio-piloto)
desde una perspectiva poco habitual: el collado de Los Espinosos (Navarredonda), en 1976.
En 1996 aún planeaba sobre el valle la amenaza de la línea Segovia-Valladolid del AVE