Primos lejanos

Lo de buscar primos es una práctica habitual entre genealogistas aficionados; encontrar descendientes de un antepasado común no deja de tener su curiosidad. A mi juicio, representa una faceta de la infancia o, más bien adolescencia, genealógica. Yo también pasé por esa fase, allá por 20072012, pero la abandoné; eran los tiempos del descubrimiento del fenómeno. Tenía por entonces suficientes conocimientos para avanzar unas cuantas generaciones (las suficientes para que un linaje se dispersase geográficamente) y estaba muy metido en el mundo de los foros genealógicos en Internet (sin los cuales este ejercicio descriptivo-analítico no habría sido posible). Pero la manía se me pasó, absorbido por otras tareas y tras constatar que poco me aportaban ya esos foros. No tenemos, por otro lado, casi ninguna tendencia a socializar; es decir a intercambiar chascarrillos con casi-desconocidos. La incorporación de información genética (componente muy tenida en cuenta por casi todos los que se meten en este tema) ha sido muy tardía y frustrante, por lo que ni siquiera la recogemos en este sitio web.

Casi desde el principio nos planteamos lo de la genealogía familiar como parte de la historia familiar, entendiendo a nuestros antepasados como una muestra de las sociedades del pasado y sujetas a análisis sociológico, por tanto. Lo de los lazos de sangre poco significa en cuanto te alejas un poco de las raíces más recientes/patentes a nivel emocional. Hay gente de la Edad Moderna y la Edad Media que nos dejan totalmente fríos a este respecto: son nombres en papeles viejos muy parecidos a otros que no son antepasados nuestros.

Las migraciones son una de las facetas que nos parecen más interesantes desde este punto de vista, entre otras cosas, porque entonan y se acompasan con nuestro leitmotiv general: unir Historia y Geografía. Nos llamaron la atención varios casos en los que la divergencia de las líneas era muy notable y en los que podíamos contar con buenos datos de otros colegas. Está en proyecto un análisis de las distancias recorridas por nuestros antepasados, según oficios, localización y época. En lo que inicialmente llamamos (de forma un tanto pedante) Análisis de Líneas Divergentes, trabajamos sobre cinco, de los que maduraron solo tres: los NALDA-PÉREZ de Sotés, los ESCAJADILLO-PIERAGULLANO de Hoz de Marrón y los VALLE-ISLA de Bárcena/Isla. Se quedaron en el tintero el caso de los SÁINZ DE GRAJEDA de Ventosa/Grañón y los PUMAR de Ruiloba. Tampoco mostramos gráficamente las múltiples líneas procedentes de alguno de los flamencos trasmeranos. No mostramos los nombres de todas las personas por no hacer más farragoso aún el contenido; dos de ellas están en red, en los sitios de nuestros correspondientes primos, todos ellos genealogistas de pro.

  1. Los NALDA-PÉREZ de Sotés

Comienza la línea con la pareja formada por  PEDRO DE NALDA TOMÁS  y  MARÍA PÉREZ DE ALMARZA  [Sosa 10380+10381; 14ª Generación, radicados en Sotés en 16011626]. Nuestra línea procede de su hijo PEDRO y la de ROBERTO ORTIZ DE ZÁRATE Y VIVANCO de su hermana MARÍA. Este es el esquema de ambas ramas [1]:

  1. Los ESCAJADILLO-PIERAGULLANO de Hoz de Marrón

Comienza con la pareja formada por LUCAS DE ESCAJADILLO FRESNO y ÁNGELA PIERAGULLANO DE ARENAS  [Sosa 2996+2997; 12ª Generación; radicados en Hoz de Marrón en 16161671]. Nuestra línea procede de su hijo FRANCISCO y la de VÍCTOR CANO SORDO de su hermano ANTONIO. Aprovechamos la ocasión para elogiar la magnífica labor comenzada por este último en su conocida página bisabuelos.com. Este es el esquema de ambas ramas:

  1. Los VALLE-ISLA de Bárcena / Isla

Comienza con la pareja formada por  PEDRO-MANUEL DE VALLE DE LA HOCEJAJOSEFA DE ISLA DE LA PUENTE [Sosa 1494+1495; 11ª Generación; radicados en Isla en 16931706]. Nuestra línea comienza con su hija GABRIELA y la de JEAN-PHILIPPE MATAS [Geneanet] con su hermano PEDRO. Este es el esquema de ambas ramas:

Para visualizar las divergencias y concordancias hemos confeccionado un gráfico que reúne los tres casos (seis linajes) cuya notación es la siguiente, atendiendo al tipo de lugar de residencia de cada persona/pareja:

A: Lugar de origen (España)

B: Lugar de la comarca de origen

C: Lugar de la provincia de origen

D: Villa (o ciudad media) de la provincia de origen

E: Lugar de otra provincia limítrofe con la provincia de origen

F: Lugar de una provincia no limítrofe con la de origen, pero sí con la de la generación anterior

I: Gran ciudad en la misma provincia de la generación anterior

J: Gran ciudad en provincia no limítrofe con la de la generación anterior (España)

K: Gran ciudad de América

L: Capital de provincia en Europa

(no aparecen las categorías de poblaciones previstas para la casuística no analizada)

Dios nos libre de sacar conclusiones de tres simples casos, pero se pueden hacer algunas observaciones:

  1. La tendencia global ha sido pareja con la de la Humanidad en su conjunto: una creciente urbanización, desde lugares muy pequeños hasta megalópolis (Casos extremos: Hoz de Marrón, cuna de los linajes “2” tiene ahora unos 70 habitantes; a finales del siglo XVII, probablemente la mitad. La Ciudad de México supera los 23.000.000).
  2. Inicialmente permanecieron en el lugar de donde eran sus padres por 3 – 6 generaciones. Las familias más pudientes tenían menos motivos para buscarse la vida en otra parte y por eso, el caso “3” es el de mayor permanencia en ambos linajes.
  3. Tras ello, fueron migrando a poblaciones de mayor rango/tamaño, en la misma provincia o en una limítrofe.
  4. Los grandes saltos tuvieron lugar principalmente en el siglo XX, por tres motivos clásicos en la sociología hispana: hacer las Américas, el exilio en Francia tras la derrota del bando republicano en la Guerra Civil y Madrid, la capital.

Todo este viaje para traer en las alforjas algo bien sabido: ¡Hay que ver las vueltas que da el mundo!

[1] Al ser trabajos tan antiguos, en los dos primeros esquemas aún no habíamos adoptado el sistema convencional de representar a los varones mediante cuadrados y a las hembras mediante círculos. Como los números son Sosa, las cifras pares pertenecen a hombres y las impares siguientes a sus mujeres respectivas.