Mi aportación a los fastos de este cincuentenario fue la de crear un álbum con todas las fotos (y los recuerdos) de los compañeros del Insti que estaban vivos el año 1965 y estuvieron por la labor de rememorar. Otros compañeros más modernos crearon un blog para la ocasión, pero yo me sentía más a gusto con los medios clásicos: algo que pudiera imprimirse en papel en vez de estar flotando en el ciberespacio (lo siento por los arbolitos). Entre ambos medios, más las necesarias comunicaciones y reuniones, produjimos una obra de las que hoy suelen adjetivarse como corales, de la que creo que ninguna otra promoción dispone.

A pesar de que algunos de mis excompañeros llegasen a tener puestos y ejecutorias de cierta relevancia, mi foco estaba, como siempre, en las historias de la gente sin Historia: la exhumación de la lista completa de colegas y relacionar esos nombres con las caras. Como diría el difunto Conde de Floridablanca en el prólogo al nomenclátor de 1789, quería: “que el vasallo más retirado y escondido no careciese del consuelo de ser conocido”. En su momento se puso accesible a los participantes en el evento, pero, por si alguien no se enteró o hubiere alguien de fuera interesado, aquí está: