Encarnita la fantástica

Encarnita la fantástica

Se olvidan tantas historias de orgullosa pasión y de rebeldías…
JUAN EDUARDO ZÚÑIGA. Brillan monedas oxidadas (2010)

Esta es una historia que necesitaba ser contada, pero es una historia que nunca debió poder contarse. Necesitaba ser contada porque aún puede representar un grano de arena más en el montón de testimonios personales que, aunados, nos pueden llevar más allá de la simple microhistoria. No debería haberse podido contar porque una parte de su fundamento documental debería haber sido destruido, por el peligro que representaba para la salud e incluso la vida de algunas personas (por parte de la policía franquista en la posguerra).

El relato discurre entre 1910 y 1982: abarca la turbia preguerra, la dolorosa guerra, la dura posguerra, la pertinaz sequía, la oscura autarquía y la contumaz transición.

Encarnita la fantástica-FOTO

La protagonista en Chipiona (1946)

Fue un personaje contradictorio; quiso volar en alas del Progreso y la Cultura pero tenía atadas, como piedra de molino al cuello, a la Familia y a la Patria. Fue hija de guardia civil y hermana de falangistas acérrimas. Feminista en la práctica y comunista en teoría; autodidacta, mala falangista, anticlerical y mitómana. Tal vez se la pueda calificar de fantástica en algunos sentidos, pero fue más bien fantasiosa. Una historia de sueños rotos, como también lo fue la de su primer amante, el Teniente Rodolfo.

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