Geogenogramas

La pretensión de crear un neologismo es vana y vanidosa; por muy rara que les suene esta palabra ya está inventada, según Google el único que la ha usado hasta ahora es un tal Hilário Trigo (brasileño), pero aplicada a una cosa que no tiene nada que ver con la acepción que aquí propongo, sino relacionada con las constelaciones familiares de Bert Hellinger, es decir en el terreno del espiritualismo, donde no me hallo ni me hallaré.

Son diagramas de racimo (clúster) donde se muestran los territorios (poblaciones o grupos de poblaciones) en los que nuestros antepasados realizaron algún acto vital, dimensionados según el número de personas que tenemos en ese territorio, cualificados según su nivel de certeza y todos ellos relacionados por las líneas migratorias que siguieron.

Se trata, pues, de un diagrama genealógico/genético y representa elementos geográficos, de ahí los dos prefijos: añadiendo al concepto ya existente, de genograma (en el que los nodos son personas) el prefijo geo, porque aquí los nodos son elementos de la geografía humana. Aficionado a la geohistoria, como se desprende de la bibliografía, no podía dejar de plasmar en mapas la componente territorial de la historia familiar, de ahí el anterior apartado. Pero cartografiar las migraciones es prácticamente imposible si la cantidad de lugares tiene ciertas dimensiones; tras los primeros esbozos, vi que era imposible pintarlas sobre cartografía real porque el resultado era una maraña indescifrable por el entrecruzamiento de las líneas de viaje. Hay que aclarar que, entre las migraciones, se cuentan las documentadas y también las inferidas de los apellidos toponímicos. Si alguien apellida Zaldívar, por ejemplo, con certeza alguno de sus antepasados nació o vivió en dicha población (estas localidades indiciarias, que tienen su propia notación en los diagramas, suman 260). Por otro lado, las genozonas no son simples contenedores geográficos, sino los racimos de lugares que se han mostrado conectados a una u otra rama del árbol genealógico. Puede haber localidades de una misma provincia que sean de genozonas distintas y a la inversa. Por ejemplo:

La actual provincia de Vizcaya contiene 23 lugares relacionados con nuestros ancestros, pero no todos estos lugares están en la misma zona: la   mayoría son de la rama montañesa (lógico, por proximidad), pero hay apellidos toponímicos vizcaínos que se incorporan al corpus no en la rama montañesa sino en la de la paramera castellano-aragonesa y en el Valle del Henares. Los del primer grupo (los Zaldívar precisamente) pueden rastrearse hasta los ferrones vascos que obraron en la zona minero-metalúrgica de Ojos Negros en los siglos XVI-XVII. Los principales veneros estaban en la parte aragonesa, pero los nuestros surgen al otro lado, en Molina de Aragón. Las 23 localidades vizcaínas están, por tanto, en distintas genozonas: CSEPK  (periferia vasca de La Paramera), CSHK (periferia vasca del Henares), CSK (periferia vasco-riojana del núcleo troncal soriano), MBVRK (núcleo ramal vasco-riojano del núcleo troncal burgalés), MCK (núcleo ramal vasco del troncal cántabro) y MCPK (periferia cántabro-vasca),

Y así surgieron los geogenogramas que les presento. En ellos, como en los diagramas fixangulares de los que ya he tratado, aunque en menor medida, se ha tratado de mantener los parámetros topológicos en la medida de lo posible: Norte arriba, Sur abajo, etc. Plasmar en un solo gráfico los 1.019 lugares en que nuestros antepasados vivieron o de donde provenían (561 en tiempos post-tridentinos y 458 pre-tridentinos) y las migraciones entre ellos es tarea técnicamente posible, pero de momento inabordable. Por esto se parte de un primer nivel (los sectores o núcleos troncales), en que se representan los grandes territorios más próximos a ego y luego se va haciendo zoom en cada uno de ellos, a veces en varios pasos (núcleos ramales, si son complejos y periferias si son localidades más o menos aisladas y/o alejadas). Por las constricciones espaciales y por la jerarquía territorial, a veces en los diagramas no se citan las localidades por su nombre, sino agrupadas por territorios; esto es así de modo absoluto en los de primer nivel y en menor grado en los demás niveles. Como se verá, la notación de sectores y zonas es aglutinante-secuencial, de modo que los códigos de los territorios más próximos a ego tienen menos letras que los más alejados. El tronco y los tres sectores  originarios constan sólo una letra y pueden llegar hasta cinco. Por ejemplo: “C” ( = Sector celtibérico) contiene a “CS” ( = Núcleo troncal soriano) ←  “CSE” ( = Núcleo ramal soriano del este) ← “CSEP” (= Núcleo ramal de la Paramera) ← “CSEPK” ( = Periferia vasca de la Paramera), compuesta esta última zona solo por dos localidades indiciarias, una de las cuales es, precisamente, Zaldívar. Las flechas indican, aquí como en los diagramas, el sentido de las migraciones.

Es fácil de suponer que el perseverante lector que haya llegado hasta aquí tenga la cabeza caliente y los pies fríos; pasemos pues a exponer los resultados porque, en este caso, es de ajustada aplicación aquello de que más vale una imagen que mil palabras. Les muestro solamente tres ejemplos, de los tres niveles, desde el troncal principal a una periferia.

Si están interesados en verlos todos, se pueden descargar al final (en formato PDF), tanto los geogenogramas propiamente dichos, como tres tablas con listados: relación jerarquizada de sectores y zonas, relación de genozonas con las localidades que contienen y lista de localidades, con la genozona  a la que pertenecen (solo para las localidades post-tridentinas).

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